Solidaridad, clave en Marruecos para recuperarse del sismo

Mientras las bajas temperaturas preocupan a los damnificados, estos preven que la ayuda tarde en llegar.

Casi tres meses después del sismo que golpeó el sur de Marruecos, los habitantes de un pueblo cerca de Marrakech lidian con la dureza de su día a día transformando sus precarias tiendas de campaña en espacios de solidaridad.

En la entrada de su campamento, junto a una carretera cerca de su «aduar» (pueblo en el Magreb) parcialmente destruido, unas mujeres terminan de preparar el almuerzo, otras lavan la vajilla o apartan el pan recién hecho.

El electricista de la aldea de Imzilne, situada a 60 kilómetros al sur de la turística ciudad de Marrakech, consiguió conectar el campamento a la red del municipio de Ouirgane, y el fontanero instaló agua corriente.

En esta localidad de 250 habitantes, los recursos escasos, los conocimientos y las donaciones recibidas se comparten.