El vestido para chicas con curvas de Ashley Graham es toda una declaración de amor propio

Amor propio, libertad y moda: tres conceptos que se abrazan en el siglo XXI de la forma más justa y sofisticada posible. La ruptura de las concepciones dogmáticas del pasado que intoxicaron nuestra juventud e infancia –también la Generación Z fuimos salpicadas con los resquicios de los toxiquísimos 90– se eleva como la razón definitiva para conocernos y querernos a través de hábitos de vida saludable –¡larga vida al deporte!–

Hablemos del look de Ashley Graham. Con un vestido corto blanco y una camisa blanca ha conseguido hacer un claro alegato de todo lo anteriormente expuesto. Porque sí, porque quiere y, por lo tanto, puede. La modelo optaba por un diseño de tweed con escote bardot y con tirantes finos. Además, incorporaba pedrería que lo convertía en una opción perfecta tanto para día como para noche. Para acercarlo a un look más de diario, optaba por superponer una camisa blanca abierta.

Una oda al amor propio, a nuestros cuerpos que nos mantienen vivas con salud y que nos permiten disfrutar porque ellos merecen nuestro amor pleno tengamos una talla 32 o una 44. Aceptarnos es la forma más plena de amor y la moda no es más que una herramienta para potenciarlo.