La misteriosa foto familiar abandonada en la superficie de la Luna

En la superficie de la Luna no solo encuentras la huella de Lance Armstrong y una bandera de Estados Unidos, también puedes ver una vieja foto familiar que fue colocada ahí durante uno de los viajes que se realizaron décadas atrás.

De acuerdo con The Independent, la foto fue dejada ahí por el hombre más joven que ha logrado caminar en la superficie de la Luna en la historia, que realizó su viaje a bordo del Apollo 16, un 20 de abril de 1972, cuando la carrera espacial estaba en pleno desarrollo y el mundo no se había dado cuenta de que enviar personas al espacio podría ser demasiado caro (que es una de las razones por las que nadie ha pisado el satélite natural de la Tierra en años).

En los años 60 y 70, la idea de viajar al espacio era emocionante y parecía sacada de alguna película de ciencia ficción. Muchos no podían creer que eso era posible y los hombres que formaron parte de los viajes se convirtieron en héroes nacionales y en parte de la historia.

Armstrong pasó a la historia como el primer hombre en pisar la Luna, pero, después de él, las cosas se pudieron más creativas. Los astronautas comenzaron a hacer cosas que los diferenciarán (como llevar un sandwich al espacio), y Charles Duke hizo eso llevando una foto que, hasta la fecha, se encuentra quieta en la “roca” espacial que alumbra nuestras noches.

La superficie de la luna y la misteriosa foto abandonada ahí

Mientras se preparaba para realizar su viaje, Duke decidió tomar una foto de su familia (donde aparecen su esposa y sus dos hijos, Charles, de 7 años, y Thomas de 5), que en el reverso lleva un mensaje que dice: «Esta es la familia del astronauta Charlie Duke del planeta Tierra que aterrizó en la luna el 20 de abril de 1972».

De acuerdo con The Independent, Duke dijo en una entrevista que: «Siempre planeé dejarla en la luna. Entonces, cuando la dejé, fue solo para mostrarles a los niños que realmente la dejé en la luna».

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Charles pasó mucho tiempo lejos de su familia mientras entrenaba para convertirse en astronauta, así que él quiso encontrar algo que ayudara a sus hijos a conectarse con él y a sentir su misma emoción por el viaje, y la foto fue su forma de llevar a toda su familia con él, y de decirle a sus hijos que un pedacito de ellos siempre iba a estar allá afuera.

Años después de que Duke colocara la foto en el suelo, nadie ha visto la foto nuevamente, así que no se sabe en qué condiciones está o si todavía se alcanza a percibir la imagen o el mensaje que escribió atrás, pero es un gesto simbólico y una forma de dejar huella de la humanidad fuer de nuestro planeta (además de las huellas literales de los astronautas).

Ahora que NASA está planeando volver a la Luna algún día, existe la posibilidad de que un nuevo viajero se tope con la foto de Duke, y logre traerla de regreso o al menos mostrar algunas fotos para que todos sepan cómo se deteriora algo así en un ambiente de gravedad zero y temperaturas extremas.

«Después de 43 años, la temperatura de la luna cada mes sube a 400 grados [Fahrenheit] en nuestra área de aterrizaje y por la noche cae casi al cero absoluto», dijo Duke a Business Insider en 2015. «La envoltura retráctil no queda muy bien a esas temperaturas. Se veía bien cuando la dejé caer, pero nunca la volví a mirar y me imagino que ya se habrá desvanecido».

Actualmente, el Museo Met de Nueva York presenta una foto de la foto, que se puede ver colocada en el suelo, y muchos consideran que es una pieza de la historia, que le puede ayudar a las próximas generaciones a entender que significaron los viajes espaciales en sus primeros momentos y la necesidad humana de trascender y dejar señales de nuestro paso por este mundo y todo lo que llegamos a conquistar.

La pregunta es, ¿la foto sobrevive o el ambiente de la Luna la destruyó?

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