Así podrían ser los edificios del futuro (inspirados en las termitas)

Las termitas son unas auténticas ingenieras de ecosistemas y podrían servir para construir edificios sin la huella de carbono provocada por el aire acondicionado.

La naturaleza siempre es una buena base para coger inspiración, sobre todo en el ámbito de la construcción. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Lund en Suecia y la Universidad de Nottingham Trent en el Reino Unido ha descubierto que el diseño de montículos de termitas podría tener importantes aplicaciones en la arquitectura, ayudándonos a desarrollar edificios frescos sin la huella de carbono a causa de los aparatos de aire acondicionado y su uso.

Hay algunas especies de termitas que son unas excelentes ingenieras de ecosistemas y los montículos que podemos encontrar en lugares como África, Australia y América del Sur, son asombrosos ejemplos de arquitectura intrincada, alcanzando incluso 8 metros de altura y 30 metros de diámetro.

Son construcciones naturales tremendamente resistentes en cuyos espacios viaja el viento -a través de su compleja estructura interna-, ventilando todo el montículo y es el motivo por el que sobreviven las colonias de termitas que lo habitan. Es un ejemplo increíble de arquitectura verde y eficiente a nivel energético. No en vano, sus construcciones son las estructuras biológicas más altas del mundo.

Así podrían ser los edificios del futuro (inspirados en las termitas) Midjourney/Sarah Romero

Los investigadores estudiaron los montículos de termitas de la especie Macrotermes michaelseni. Las colonias de esta especie pueden constar de más de un millón de individuos. En el corazón de los montículos se encuentran los jardines de hongos simbióticos, cultivados por las termitas como alimento. Los investigadores se centraron en el complejo de salida: una densa red de túneles en forma de celosía, de entre 3 mm y 5 mm de ancho, que conecta conductos más anchos en el interior con el exterior.

Esta edificación natural no es al azar ni arbitraria. Está finamente pensada para aprovechar al máximo el entorno que les rodea: crecen hacia el norte durante la temporada de lluvias de noviembre a abril para poder estar expuestas al sol del mediodía y, durante el resto del año, bloquean los túneles intrincados de su estructura, regulando así los niveles de ventilación y humedad según la estación en la que se encuentren. Estas estructuras han sido afinadas y perfeccionadas por la selección natural durante decenas de millones de años.

«Aquí mostramos que el ‘complejo de salida’, una intrincada red de túneles interconectados que se encuentra en los montículos de termitas, se puede utilizar para promover los flujos de aire, calor y humedad de formas novedosas en la arquitectura humana», explica David Andréen, profesor titular del grupo de investigación bioDigital Matter de la Universidad de Lund y primer autor del estudio que recoge la revista Frontiers in Materials.

Los expertos simularon el viento con un altavoz que impulsaba las oscilaciones de una mezcla de aire y CO2 a través de un fragmento de un complejo de termitas recolectado en la naturaleza, descubriendo que el flujo de aire era mayor en frecuencias de oscilación entre 30 Hz y 40 Hz, moderado en frecuencias entre 10 Hz y 20 Hz. , y al menos a frecuencias entre 50 Hz y 120 Hz. Estos hallazgos sugieren que los túneles interactúan con el viento que sopla sobre el montículo de manera que aumenta la transferencia de masa de aire para la ventilación.

“Al ventilar un edificio, desea preservar el delicado equilibrio de temperatura y humedad creado en el interior, sin impedir el movimiento del aire viciado hacia el exterior y el aire fresco hacia el interior. La mayoría de los sistemas HVAC luchan con esto. Aquí tenemos una interfaz estructurada que permite el intercambio de gases respiratorios, simplemente impulsado por las diferencias de concentración entre un lado y el otro. Por lo tanto, las condiciones en el interior se mantienen”, aclaran los expertos.

Inspiración en las termitas Midjourney/Sarah Romero

¿Cómo podríamos aplicar esto a nuestros edificios?

Los investigadores creen que la integración del diseño del complejo de salida en las paredes de los edificios futuros podría crear una arquitectura verde prometedora con pequeños pasajes de aire.

“Imaginamos que los muros de construcción en el futuro, hechos con tecnologías emergentes como impresoras de cama de polvo, contendrán redes similares al complejo de salida. Estos permitirán mover el aire a través de sensores y actuadores integrados que solo requieren pequeñas cantidades de energía. La impresión 3D a escala de construcción solo será posible cuando podamos diseñar estructuras tan complejas como en la naturaleza. Estamos al borde de la transición hacia una construcción similar a la naturaleza: por primera vez, puede ser posible diseñar un edificio que realmente viva y respire”, concluyen.