Desde un murciélago hasta el Sol con sonrisa de calabaza: el universo muestra su lado tétrico

El universo brinda imágenes espectaculares, aunque en algunos casos las formas que se aprecian puedan resultar tétricas

El universo muestra su cara mas terrorífica para el Halloween. / Fotos: Michael Selby y Mark Hanson / NASA/GSFC/SDO

En los fríos y obscuros cielos, surgen nebulosas monstruosas para robarle el sueño a quien se atreva a mirar las estrellas.

EL MURCIÉLAGO CÓSMICO

Desde la constelación de Ofiuco, vuela un aterrador murciélago cósmico cargado de estrellas.

Ubicada a mil 400 años luz de distancia, la nube molecular LDN 43 es tan densa que bloquea la luz de las estrellas del fondo, así como de las estrellas nacientes al interior. Al mismo tiempo, bloquea la luz en las volutas de gas, proveniente de la cercana nebulosa de reflexión LBN 7.

La Nebulosa del Murciélago Cósmico. | Foto: Michael Selby y Mark Hanson

La espeluznante imagen se forma por la escasa luz que escapa de las estrellas recién nacidas al interior. El murciélago es enorme, abarca una extensión de 12 años luz.

Su distancia y extensión en años luz, se refiere al tiempo que tarda la luz en recorrer semejante espacio, viajando a la velocidad de la luz (300 mil km/s). Esto significa que la luz observada partió de la nebulosa hace 1400 años, mientras que la luz tarda 12 años recorrer la nebulosa de un extremo a otro.

EL MONSTRUO DEL LAGO NESS

Aunque el misterioso monstruo en el Lago Ness, Escocia, parece haber encontrado explicación científica, emerge ahora en el río estelar de la Vía Láctea, en la constelación de Vulpecula (La Zorrita).

A unos mil años luz de distancia, el mítico monstruo es formado por varias nebulosas (derecha a izquierda): la nebulosa LDN 773 es la cabeza, después LDN 774 el cuello, LDN 772 y LDN 769 el pecho y LDN 768 la cola.

La Nebulosa del Monstruo del Lago Ness. | Foto: Bernhard Zimmermann

La densidad de las nubes parece bloquear a las estrellas del fondo, pues su forma es delimitada por la escasez de estrellas. Al interior de la nebulosa brillan dos nebulosas azules LDN 134 y LDN 133, de derecha a izquierda.

Una imagen alterna es la de un dragón a punto de devorar a la estrella anaranjada de la izquierda HD 183681. Mientras que otros ven a un espeluznante gato negro.

LA ARAÑA ROJA

En la constelación de Sagitario, en el centro de nuestra galaxia la Vía Láctea, a cinco mil años luz, se encuentra la Nebulosa de la Araña Roja.

Su distancia puede no ser correcta, pues los astrónomos han obtenido diversas distancias: como 1900 años luz o más lejos, entre 3 mil a 5 mil años luz.

La Nebulosa de la Araña Roja es una Nebulosa Planetaria. Son nebulosas que nacieron por el estallido de una estrella. El nombre les fue dado hace siglos, cuando los astrónomos creían observar planetas difusos de gas, lo que hoy sabemos no es cierto, pero el nombre perduró.

La Nebulosa de la Araña Roja. | Foto: ESO

La forma de araña se debe a la posible presencia de una estrella binaria compañera de la estrella que explotó o tal vez a intensos campos magnéticos.

Como todas las Nebulosas Planetarias, al centro se encuentra una estrella enana blanca, el núcleo del antiguo astro. La enana blanca produce vientos (partículas) de 300 km/s (no confundirlo con la velocidad de la luz), que genera olas de mil millones de kilómetros de extensión y que contribuyen a la forma y expansión de la nebulosa.

Cuando muera nuestro Sol dentro de 5 mil millones de años y quede una Nebulosa Planetaria ¿Adoptará la forma de una araña? Hay diversas formas en estas nebulosas.

LA NEBULOSA DEL CONO

Incrustada en la nebulosa NGC 2264 a 2300-2700 años luz, en la constelación de Monoceros (El Unicornio), se encuentra la Nebulosa del Cono, una nebulosa en donde están naciendo estrellas.

La Nebulosa del Cono fue descubierta por el astrónomo William Herschel, el 26 de diciembre de 1785. Se observa a medio camino entre las estrellas Procyón del Can Menor y Betelgeuse de Orión.

La Nebulosa del Cono | Foto: VLT/ESO

Para muchos, la Nebulosa del Cono se asemeja a un monstruo de un solo ojo.

EL SOL CON LA SONRISA DE CALABAZA

El 26 de octubre de 2022, el Observatorio de Dinámica Solar, SDO, de la NASA, ubicado a 36 mil km de altura en una órbita geoestacionaria, fotografió en ultravioleta a nuestra estrella, y obtuvo una imagen conocida como El Sol Sonriente o El Sol de la Cabeza de Calabaza.

Las áreas obscuras que forman los ojos y la sonrisa, son agujeros coronales, lugares en donde el viento solar (partículas) escapa a gran velocidad, a 2.9 millones de km/h (805 km/s), son áreas de menor temperatura que el resto de la superficie y están relacionadas con la actividad magnética.

El Sol Sonrisa de Calabaza. | Foto: NASA/GSFC/SDO

Las monstruosas imágenes muestran que el mayor miedo se encuentra en nuestra mente y se expresa viendo cosas aterradoras entre las nubes, las sombras y las estrellas, es la pareidolia la que esculpe las espeluznantes figuras del espacio.