¿Qué es la ley de inercia?

La evolución del concepto de inercia: desde Aristóteles a Galileo

La ley de inercia, uno de los conceptos fundamentales de la física, ha desafiado y asombrado a mentes curiosas durante siglos. Esta ley, propuesta por primera vez por Galileo Galilei y desarrollada más tarde por Sir Isaac Newton, es esencial para comprender cómo los objetos se comportan en movimiento y cómo las fuerzas actúan sobre ellos. Vamos a analiza la ley de inercia, describiendo su concepto, proporcionando ejemplos que ilustran su aplicación y sumergiéndonos en la fascinante historia que rodea su desarrollo y comprensión.

La ley de inercia: un concepto fundamental

La ley de inercia establece que un objeto en reposo tiende a permanecer en reposo, y un objeto en movimiento tiende a permanecer en movimiento a una velocidad constante en línea recta, a menos que una fuerza externa actúe sobre él. En otras palabras, los objetos tienen una tendencia natural a resistir los cambios en su estado de movimiento. Esta ley es la primera de las tres leyes de movimiento de Sir Isaac Newton, y sienta las bases para entender el comportamiento de los objetos en nuestro mundo.

Mientras no afecte ninguna fuerza, un objeto que esté en reposo, permanecerá en reposo. Créditos: VanHartVanHart

Ejemplos de la ley de inercia

Para comprender mejor la ley de inercia, consideremos algunos ejemplos cotidianos:

  • Un automóvil en reposo: Cuando un automóvil está estacionado, está en reposo. Según la ley de inercia, permanecerá en reposo a menos que una fuerza (como la del motor) lo impulse a moverse.
  • Un libro deslizándose sobre una mesa: Si empujamos un libro sobre una mesa sin aplicar ninguna fuerza adicional (equilibrio de fuerzas), el libro continuará moviéndose a una velocidad constante en línea recta, siguiendo la ley de inercia. Sin embargo, cuando soltemos el libro, la fricción entre el libro y la mesa actuará como una fuerza de oposición, lo que finalmente detendrá el libro. La ley de inercia permite que el libro permanezca en movimiento hasta que la fricción la única fuerza que actúe sobre él.
  • Una nave en el espacio: Una nave espacial que vaya a una velocidad concreta en mitad del espacio, seguirá a la misma velocidad mientras no afecten los motores, pues en el espacio hay vacío y, por tanto, ninguna fuerza que lo detenga o acelere. De la misma forma, un astronauta que perdiese el cinturón que le une a la nave seguiría moviéndose eternamente en el espacio, a no ser que alguna fuerza lo parase.
  • Camarero con bandeja: La bandeja de un camarero en movimiento es un ejemplo claro de la ley de inercia. Si el camarero tropieza, la bandeja seguirá moviéndose en la dirección que lo hacía, por la inercia que lleva.
  • Coche que acelera: Si estás en un vehículo y este acelera de forma repentina, notas un empujón en la espalda. Esto se debe a que la inercia de tu cuerpo es quedarse en reposo, hasta que el coche hace que aceleres.

Estos ejemplos ilustran cómo la ley de inercia rige el comportamiento de los objetos en movimiento y en reposo, proporcionando una base sólida para la física y la ingeniería.

Si un camarero tropieza, la bandeja sigue moviéndose en la dirección que llevaba, debido a la ley de inercia. Créditos: ViDI StudioViDI Studio

La historia de la ley de inercia

La historia de la ley de inercia se remonta al siglo XVII, cuando Galileo Galilei, a menudo considerado el padre de la ciencia moderna, realizó experimentos pioneros en el campo de la mecánica. Galileo observó que los objetos en movimiento tienden a permanecer en movimiento y que los objetos en reposo tienden a permanecer en reposo, a menos que se aplique una fuerza externa.

El trabajo de Galileo allanó el camino para las ideas posteriores de Sir Isaac Newton. Este formuló la ley de inercia y la incluyó en su obra monumental «Principios Matemáticos de la Filosofía Natural», publicada en 1687. En esta obra, Newton presentó sus tres leyes del movimiento, que revolucionaron la física y sentaron las bases de la mecánica clásica.

Las leyes de Newton se convirtieron en la autoridad en el estudio del movimiento y la fuerza durante más de dos siglos. Su enfoque riguroso y matemático transformó la física en una ciencia precisa y predecible. La ley de inercia, junto con las otras dos leyes de Newton, proporcionó las herramientas necesarias para comprender los movimientos de los planetas, los cuerpos celestes y los objetos en la Tierra.

En el siglo XX, Albert Einstein reformuló la teoría de la gravedad con su teoría de la relatividad, que modificó ligeramente las leyes de Newton en condiciones extremadamente gravitacionales. Sin embargo, las leyes de Newton, incluida la ley de inercia, siguen siendo válidas para la mayoría de las situaciones en la vida cotidiana.

Galileo Galilei. Créditos: GeorgiosArt GeorgiosArt

Antes de Galileo: los primeros conceptos de inercia

La ley de inercia, aunque a menudo asociada con Galileo Galilei y Sir Isaac Newton, tiene raíces que se remontan mucho antes de su tiempo. Antes del Renacimiento europeo, la teoría predominante del movimiento en la filosofía occidental era la de Aristóteles. Según Aristóteles, en la superficie de la Tierra, los objetos en movimiento se detenían gradualmente a menos que se aplicara una fuerza. Creía que los objetos solo se moverían mientras se les aplicara una fuerza externa, y explicaba el movimiento continuado de los proyectiles, separados de sus proyectores, como una acción inexplicable del medio circundante que los mantenía en movimiento.

A lo largo de casi dos milenios, el concepto aristotélico fue discutido por filósofos notables. Algunos, como Lucrecio y Juan Filopon, propusieron que el movimiento era el estado «por defecto» de la materia y que no necesitaba una fuerza constante para mantenerse en movimiento. Sin embargo, estas ideas todavía requerían alguna forma de poder para mantener un cuerpo en movimiento.

En el siglo XI, el polímata persa Ibn Sina (Avicena) argumentó que un proyectil en el vacío no se detendría a menos que actuara sobre él. En el siglo XIV, Jean Buridan introdujo la noción de «ímpetu», una propiedad generadora de movimiento que se disiparía solo cuando se enfrentara a fuerzas de oposición como la resistencia del aire y el peso del cuerpo. Buridan creía que el ímpetu aumentaba con la velocidad, lo que se asemeja al concepto moderno de impulso. Estas ideas sentaron las bases para comprender la inercia como la conocemos hoy.

Poco antes de la teoría de la inercia de Galileo, Giambattista Benedetti simplificó la teoría del ímpetu para incluir solo el movimiento lineal. Su trabajo influiría en las ideas posteriores de Galileo y Newton. La inercia como la entendemos en la actualidad se desarrolló con el tiempo, culminando en los trabajos revolucionarios de Galileo y Newton, que unificaron el reposo y el movimiento en un principio.

La cuna de Newton es un montaje que sirve para mostrar muchos conceptos físicos, entre ellos, el de inercia. Créditos: PhonlamaiPhoto PhonlamaiPhoto