¿Qué son los taikonautas chinos y cuánto llevan en el espacio?

Hace 20 años China se convirtió en el tercer país en mandar humanos al espacio de forma completamente autónoma e independiente. A día de hoy han mandado rovers a la Luna y Marte, han construido una estación espacial y tienen muchos planes de futuro.

Durante los primeros años y décadas de la exploración espacial, que ocuparon la segunda mitad del siglo XX, el dominio de Estados Unidos por un lado y la Unión Soviética y después Rusia por otro fue prácticamente absoluto. Hasta el alunizaje estadounidense prácticamente la totalidad de lanzamientos orbitales habían sido protagonizados por estos dos países. La Unión Soviética fue el primer país en poner un satélite en órbita, en mandar una persona al espacio y situarla en órbita, en mandar una mujer al espacio y en realizar un vuelo con más de una persona a bordo, entre otras. Estados Unidos por otro lado siguió de cerca los avances soviéticos (excepto el de llevar a una mujer al espacio pues tardarían un par de décadas en hacerlo) y además consiguieron otros hitos como ser el primer país realizar maniobras orbitales, permanecer más de una semana en el espacio, abandonar la órbita terrestre, orbitar alrededor de la Luna y, por supuesto, alunizar.

En los apenas 12 años que pasaron desde el Sputnik 1 hasta el alunizaje de la misión Apollo 11, tan solo otro país consiguió situar algo en la órbita terrestre de forma independiente: Francia. En 1965 lanzaron su primer satélite de manera completamente independiente. Aunque en los siguientes años y décadas más países conseguirían algún desarrollo en tecnología espacial, el panorama siguió dominado por las dos superpotencias. Japón y China consiguieron situar su primer satélite en órbita en 1970, Reino Unido en 1971. Hasta el día de hoy, once países diferentes más la Agencia Espacial Europea han conseguido mandar carga a la baja órbita terrestre de forma completamente independiente, sin utilizar cohetes desarrollados por otro país.

Tripulantes de la misión Shenzhou 14 antes de visitar el módulo Tianhe en el espacio. Fuente: 中国新闻网

A finales del siglo XX esto empezó a cambiar. No solo por la caída de la URSS, sino porque uno de esos países “segundones” estaba cogiendo fuerza. Hablamos de China. Tras tres décadas de desarrollo lento pero intenso desde aquel primer satélite en 1970, China fue consiguiendo diferentes hitos. Situó satélites en órbita geoestacionaria, desarrollaron un rudimentario sistema de geoposicionamiento y dieron servicio a terceros países con sus propios cohetes. Estos desarrollos situaron a China como un país cada vez más relevante en la exploración espacial, lo que se confirmó hace 20 años, el 15 de octubre de 2003, cuando China se convirtió en el tercer país en situar humanos en órbita de forma completamente independiente. A bordo de la cápsula Shenzhou-5, lanzada sobre un cohete Long March 2F, el astronauta Yang Liwei inauguraba un nuevo capítulo de la historia espacial de su país. Según las propias autoridades chinas, este lanzamiento marcaría el segundo gran hito de su historia aeroespacial, después del primer lanzamiento orbital de 1970.

Sin embargo Yang Liwei no es técnicamente astronauta sino que recibe el título de “taikonauta”. Esta diferenciación sirve tan solo para hacer referencia a su nacionalidad y al país de origen de la tecnología que lo ha llevado al espacio, pues la hazaña es igual de válida que la realizada por sus compañeros rusos o estadounidenses. La palabra taikonauta se acuñó en inglés en 1988 y proviene de la fusión de dos términos con orígenes muy diferentes. Por un lado tendríamos 太空 (tàikōng), el término mandarín para denotar «espacio» y por otro tendríamos el sufijo -nauta, del griego antiguo ναύτης (naútes), que significaría marinero o navegante. Juntos se combinarían para formar la nueva palabra: taikonauta. Esta palabra sigue la tradición establecida durante la Guerra Fría de diferenciar a los astronautas soviéticos y estadounidenses con diferentes nombres. Los estadounidenses que visitaran el espacio serían llamados “astronautas” y los soviéticos que hicieran lo propio recibirían el nombre de “cosmonautas”. Una vez más estos sustantivos tan solo denotan la nacionalidad de origen de los “navegantes espaciales”.

Desde aquél primer lanzamiento tripulado a la órbita terrestre, China ha conseguido hacer avanzar su programa espacial a pasos agigantados. Por un lado ha conseguido orbitar y aterrizar en la Luna, además de hacer funcionar más de un rover sobre su superficie y traer material de vuelta desde allí. No solo eso, sino que en 2019 se convirtió en el primer y único país en aterrizar y desplegar un rover sobre la cara oculta de la Luna. También han construido su primer estación espacial, la Tiangong, que fue completada hace aproximadamente un año. También han conseguido desplegar un rover sobre la superficie marciana, el rover Zhurong, que estuvo en funcionamiento entre mayo de 2021 y mayo de 2022. Entre otros, la agencia espacial china (中国国家航天局 ó CNSA por sus siglas en inglés) planea como uno de sus siguientes objetivos mandar a taikonautas a la superficie lunar alrededor del año 2030.

De entre las otras agencias espaciales con capacidad y experiencia en misiones más allá de la órbita terrestre, véase las agencias europea, india y japonesa, solo la agencia india tiene planes en desarrollo para mandar humanos al espacio autónomamente. Actualmente se encuentra en desarrollo el programa Gaganyaan de ISRO que podría llevar a varios astronautas (que tal vez reciban otro nombre) al espacio durante varios días. Los próximas décadas prometen ser un periodo interesante para la exploración humana del espacio.