EL ARSÉNICO EN EL AGUA: UNA AMENAZA GLOBAL Y UNA SOLUCIÓN INNOVADORA DESDE MÉXICO
La presencia de arsénico en las aguas subterráneas es un problema de salud pública mundial. Investigadores mexicanos desarrollan una solución electroquímica para purificar el agua y eliminar este contaminante peligroso, ofreciendo esperanza a las comunidades afectadas.
Foto: El Siglo De Torreón
El arsénico, un metaloide altamente tóxico y carcinógeno, es una amenaza oculta en muchas fuentes de agua en todo el mundo. Aunque está presente de manera natural en las aguas subterráneas de países como México, India y Bangladesh, su concentración en estas aguas ha aumentado en las últimas décadas debido a la sobreexplotación de los acuíferos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el arsénico en el agua no debe superar los 10 microgramos por litro, pero en países como México, la norma permite hasta 25 μg por litro, lo que representa un riesgo para la salud de millones de personas.
La exposición al arsénico, tanto a corto como a largo plazo, provoca graves efectos en la salud humana, incluyendo vómitos, diarrea, daño en la piel y cáncer en órganos como los pulmones y la vejiga. La situación es aún más alarmante en zonas donde la calidad del agua ha disminuido con el tiempo debido a la extracción hídrica de pozos más profundos. En respuesta a este desafío, un equipo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, liderado por la profesora Francisca Alicia Rodríguez Pérez, ha desarrollado una propuesta innovadora para eliminar el arsénico del agua mediante un método electroquímico.
Este proceso, conocido como electrodeionización, combina dos técnicas: la electrodiálisis y el intercambio iónico. Utilizando electricidad, resinas y membranas especiales, el sistema separa los iones de arsénico del agua sin la necesidad de reactivos químicos. A través de este método, los iones contaminantes se transfieren a un compartimento residual, dejando el agua purificada y libre de arsénico. Sin embargo, el proceso también elimina otros iones esenciales para el agua potable, lo que implica la necesidad de reintroducir sales minerales al líquido para que sea seguro para el consumo.
Aunque los resultados hasta ahora se han obtenido a pequeña escala con soluciones sintéticas, el equipo está trabajando en pruebas con agua de la presa de Zimapán, en Hidalgo, donde las comunidades enfrentan problemas graves de salud por la alta concentración de arsénico en su suministro de agua. El reto ahora es perfeccionar este método para hacerlo más eficiente y económico, permitiendo que sea utilizado en comunidades de todo el mundo afectadas por este contaminante.
Este avance tecnológico ofrece una solución prometedora a un problema que ha estado afectando a la salud pública por décadas. La investigación liderada por la FES Cuautitlán podría ser un paso clave para la purificación del agua subterránea y la protección de las personas de los efectos devastadores del arsénico.