El Capitán Fantasma: Ladrón que se volvió leyenda
Este hecho conmocionó entonces a la sociedad del sur de Tamaulipas ya que Santiago Reyes Quezada mejor conocido como El Capitán Fantasma realizó una serie de infames hazañas.
En las calles de la segunda plaza de la ciudad, en el corazón de Tampico, Santiago Reyes Quesada iniciará sus más de 40 años de actividad delictiva. Fue a fines de la década de 1930 y junto con otros jóvenes, Santiago, apodado «Jimmy», fue atrapado robando partes de un automóvil. Durante dos meses, un joven de Los Ángeles, California, llegó a Tampico, estuvo recluido en un centro de detención juvenil, donde aprendió carpintería, pero escapó. Meses después, fue arrestado nuevamente, una vez más huyendo con otro compañero para emprender una carrera criminal brutal que lo llevó a más de 20 asesinatos y robos innombrables.
«Jimmy» vivía con su madre y su hermana en la zona de la calle Aduana, cerca del Canal de la calle Cortadura. Es famoso en la zona por sus cenas nocturnas. Las autoridades señalaron que entre sus arrestos se encuentra en 1939 cuando fue sorprendido robando joyas de la casa del político Manuel Agapito Ravise Riche, quien se convirtió en gobernador de Tamaulipas.
Durante la temporada de regreso en la capital del país, «Jimmy» se disfrazó de oficial para facilitar robos y asesinatos, y luego, a fines de la década de 1940, comenzó a ser llamado «Capitán». Vestía uniforme y tenía una cédula de identidad falsa a nombre de «Roberto López Hernández», perteneciente a un conocido de la infancia en el puerto. El Capitán Fantasma ha sido arrestado en la Ciudad de México y enviado a la prisión de Lecumberry varias veces, de donde ha escapado al menos tres veces, una vez haciéndose pasar por un trabajador, rompiendo los barrotes de la prisión y escapando de la prisión domiciliaria nuevamente. Hospital Benito Juárez, a donde fue trasladado para recibir atención médica.
Cuando regresó a Tamaulipas en 1949, lo buscaban en Aguascalientes, Michoacán, Zacatecas, Nuevo León, San Luis Potosí, Guanajuato, Oaxaca, Coahuila, México y Tijuana. Estuvo recluido en Ciudad Victoria, de donde escapó del penal en una carreta de madera, un juguete que fabricaba por encargo y con el que hacía un doble fondo. Regresó a prisión en 1953.
Un 11 de noviembre de 1956, El Capitán Fantasma sorprendió a las autoridades con otra atrevida fuga carcelaria, esta vez en la ciudad donde comenzó su aventura criminal: Tampico. Esta vez también en un mueble hecho por él. Escapó de la justicia tras su visita del domingo, tras consultar con su amante.
Unos meses antes fue enviado al Penal de Andonegui, trasladado del Penal de Ciudad Victoria por robo y asalto, y cumplió 13 años de prisión. En las últimas semanas, en su segundo edificio donde trabaja, se ha dedicado a construir una “cantina” a medida donde crea un doble fondo en forma de L. . El cliente resultó ser su amante, quien contrató a una empresa de mudanzas para trasladar los muebles por 30 pesos. A las 4 de la tarde del mismo domingo 11 de noviembre de 1956, los porteadores llegaron al área común del penal de Andonegi, donde el propio “Capitán Fantasma” entregó una mesa y un banco para 4 porteadores y les dijo que se iba. despensa en el mismo lugar.
Los porteadores llegaron y encontraron lo último de sus pertenencias solos y cargados en un camión, sacando todo, incluido El Capitán Fantasma, afuera para ser transportado a Carranza número 302 en la Comuna de Madero. Donde alquiló una habitación su amante, dejando allí el «comedor».
Esta será la última vez que se vea a “Jimmy” con sus amigos de Tampico y los presos de Andonegi, pues desaparecerá de la unidad en busca de más robos en diferentes estados del país. Pues bien, los robos, asesinatos y fugas del “Capitán Fantasma” duraron hasta la década de 1970, cuando fue detenido de nuevo en Puebla, en un penal de máxima seguridad, y en este penal murió en 1982.
Foto del archivo de la prisión
