CÓMO CUIDAR EL PELO RIZADO EN VERANO

Para muchas de nosotras el pelo rizado es un sueño inalcanzable, para otras, sin embargo, un desafío al que tenemos que enfrentarnos cada día por enemigos como el encrespamiento y la sequedad. Al menos esto era así hasta ahora, cuando, por fin, empiezan a proliferar opciones para presumir con orgullo de rizos… sin complicaciones. Seguro que ya conoces el método ‘curly’, esa rutina creada por Lorraine Massey con el fin de ayudar a definir el rizo, respetándolo y reivindicando su forma natural.

Lo primero que debes hacer con tus rizos es, por supuesto, no subestimarlos. Y es que, como casi todo en esta vida, con la dedicación y el cuidado oportuno, son capaces de brillar. Y, en este caso, literalmente, porque el fin de esta (sencilla) rutina que propone la firma es que estén hidratados y, por tanto, con una superdefinición y brillo. Porque el brillo, querida lectora, no es más que la consecuencia del reflejo de la luz sobre una cutícula intacta.

¿Nuestra recomendación?

No hace falta que hagas ningún cursillo acelerado de química, tranquila. Tan solo que tengas claro que es conveniente evitar sulfatos y siliconas. El primero no es más que una sal, proveniente del ácido sulfúrico, que, por su fuerte acción limpiadora (los reconocerás porque producen mucha espuma), puede resecar el cabello y el cuero cabelludo.

¿Y qué hay del segundo? Las siliconas, que verás también en productos para la piel, tienen un efecto suavizante, pero el problema reside, en este caso, en que impiden la oxigenación del cabello y la penetración de humedad.

¿Secador? 

Y ya que hablamos de cosas a evitar, un clásico: las herramientas de calor. Ya sabemos que su abuso provoca el daño de la cutícula, lo que interfiere de manera negativa en su ‘glow final’. En el caso de las melenas rizadas, además, este tipo de instrumentos de ‘styling’ hacen que los rizos se debiliten y se vuelvan quebradizos.

¿Lo mejor? Aprovechando las altas temperaturas de estos meses de verano, dejar que se sequen al aire libre tras retirar el exceso de agua con una toalla de microfibra (que reduce la electricidad del pelo). Además, evita cepillar los rizos en seco entre lavados y corta con regularidad tus puntas para que no lleguen a romperse o alisarse.