Harvard revela el verdadero secreto de la felicidad.

La felicidad, anhelo de muchos, no depende de la acumulación de riquezas ni de la juventud, según un estudio realizado por Harvard.

La mayoría de las personas busca la felicidad, pero según un estudio realizado por la prestigiosa Universidad de Harvard, alcanzarla no depende ni de acumular riquezas ni de ser joven. Ser feliz requiere mucho más que dinero.

La felicidad ha sido objeto de interés tanto en la filosofía como en la ciencia durante siglos. El Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard, que comenzó en 1938 y ha seguido a varias generaciones a lo largo de más de 80 años, ha revelado que la felicidad no está vinculada exclusivamente a la juventud o al éxito material. De hecho, sus hallazgos sugieren que la felicidad aumenta con la edad. Robert Waldinger, profesor de Psiquiatría y director del estudio, destaca que las relaciones humanas cercanas y afectuosas son fundamentales para experimentar felicidad a largo plazo.

Uno de los descubrimientos clave del estudio, documentado en el libro The Good Life (2023), es que el factor más determinante para la felicidad no es el dinero ni el éxito profesional, sino la calidad de las relaciones interpersonales. Las personas que mantienen relaciones significativas, ya sean familiares, de amistad o románticas, tienden a reportar mayores niveles de satisfacción en la vida. En contraste, quienes están socialmente aislados, ya sea por falta de contacto o por mantener relaciones superficiales, tienen más probabilidades de sufrir una disminución en su bienestar emocional, incluso si gozan de éxito material.

El estudio también resalta que en la vejez, muchas personas se liberan de preocupaciones externas como las expectativas sociales o laborales, lo que contribuye a un mayor bienestar. Sin embargo, esto no significa que la felicidad sea exclusiva de la vejez, ya que el estudio subraya que es posible disfrutar de una vida plena a cualquier edad si se cultivan relaciones sólidas y se cuida la salud mental y física.

Prácticas como la meditación, la gratitud, pasar tiempo en la naturaleza y conectarse con seres queridos son recomendadas por el estudio para aumentar el bienestar, independientemente de la edad.

Así, el estudio de Harvard demuestra que la felicidad no tiene una fecha de vencimiento. Aunque los niveles de bienestar tienden a incrementarse en la vejez, la clave de la verdadera felicidad radica en cómo manejamos nuestras relaciones personales y en el equilibrio emocional que logramos desarrollar a lo largo de nuestra vida.