Hashima, la isla japonesa abandonada donde se perpetraron crímenes de guerra

En la Isla Hashima donde se perpetraron crímenes de guerra, en la actualidad es un sitio «turístico»

Isla Hashima.

La abandonada Isla Hashima también conocida como Gunkanjima, la cual alguna vez fue un centro económico importante para los japoneses, hoy es una ciudad fantasma que muestra una cara terrorífica, dejando entre ver de forma explícita, un poco de su lúgubre historia.

La historia de la Isla Hashima se remonta a finales del Siglo XIX, su importancia radicó en sus yacimientos de carbón submarinos, recurso natural vital en la revolución industrial que vivió Japón.

Mitsubishi fue la empresa encargada en desarrollar dicho proyecto minero, el cual rindió múltiples frutos a Japón. La isla creció rápidamente y las familias de los mineros comenzaron a vivir en ella. En su momento de mayor esplendor llegaron a vivir más de 5 mil personas en Hashima.

¿Por qué quedó abandonada la Isla Hashima?

La revista cultural National Geographic explica que con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés requería de mucho carbón, por lo que la explotación de la mina en Hashima fue exagerada, los mineros japoneses vivieron severa explotación laboral, a tal punto que incluso llegó a haber fallecidos ya sea por el extenuante trabajo o por intoxicación.

No obstante, la producción requería de más personal, por lo que, la decisión del ejército japonés fue llevar a dicha isla a miles de prisioneros de guerra chinos y coreanos para trabajos forzados en condiciones inhumanas. Dicha brutalidad se dio a conocer y se nombró a Hashima como la «Isla Acorazada».

Por lo que la isla presenció crímenes de guerra sin mencionar la violación de los derechos laborales y humanos de los mineros japoneses. Esto representó sólo el inició de la decadencia de Hashima.

La explotación de recursos naturales fue tal que, para 1960 y 1970, ya no había qué explotar en la isla, aunado a los constantes huracanes que azotaban a la isla. Para 1980 ya no quedaba ningún habitante en Hashima, dejando una pequeña ciudad fantasma con historias desoladoras.

En 2002 Mitsubishi dejó de ser propietaria de la isla y desde el 2009, la Isla Hashima se ha convertido en un sitio del llamado «turismo negro», pues ha despertado la intriga de miles de turistas de todo el mundo.