En OPINION de Carlos Tristán: La Coalición “VA por MÉXICO” sigue consolidando su fracaso electoral reteniendo un par de estados incipientes: AGUASCALIENTES y DURANGO.

En opinión de Carlos Tristán.

Poco debe celebrar la oposición encabezada por sus dirigentes; Marko Cortés (Acción Nacional), Alejandro Moreno (PRI) y Jesús Zambrano (PRD). A pesar de las victorias de la coalición en Aguascalientes (quien estará a manos de una panista) y Durango (en poder de un priista) no son trascendentales en ningún escenario que abone al desarrollo estratégico de la nación y menos en política, ¿Por qué razón?, muy simple, es el cuarto estado más pequeño en cuanto a territorio, el sexto menos poblado y por ello aporta un reducido número de electores, tan solo 1,034,608. Tal situación no es diferente en Durango.

Por las razones antes comentadas, ambos estados no dan mucho de qué hablar en el contexto nacional, más que para sobresalir para uno por la Feria Nacional de San Marcos y para el otro, ser el estado de donde es oriundo el denominado Centauro del Norte. Es decir, en las fichas del escenario político nacional son prescindibles en una elección presidencial, toda vez que el padrón electoral nacional con corte al 10 de abril de 2022 consta de 94,093,814. Aguascalientes, como Durango carecen de liderazgos políticos relevantes en el escenario político nacional que puedan permitir construir un proyecto que influya tan siquiera en un ámbito regional. Sin embargo, referente al aspecto de aportación financiera que estos gobiernos pudiesen aportar, sin duda son importantes, ya que pueden contribuir de manera significativa al enriquecimiento de ciertos actores que en el caso de Aguascalientes dicen ser cercanos a la virtual gobernadora electa y/o con vínculos no necesariamente visibles para el escenario local que pueden propiciar un sin número de negocios en donde la transparencia no tiene cabida, por lo que hay que poner atención. Esto aplica de igual manera para aquellos que son ajenos a dicha entidad federativa y quienes representan intereses con facturas a cobrar de manera inmediata e impostergable que tienen como acreedores al actores del ejecutivo nacional de Acción Nacional y sus tentáculos, mismos que apoyaron con determinación de una u otra forma tal objetivo para ganar a toda costa una contienda electoral. (de los cuales comentare en otro artículo de manera precisa y en qué consistirá su botín).

Las derrotas de Acción Nacional en Tamaulipas y Quintana Roo, estados que aun gobierna, a lo igual que el PRI en Oaxaca e Hidalgo, suponen sin duda, sendas derrotas que no solo socaban las de por si mermadas y desesperadas intenciones por cosechar triunfos electorales que lograran situarlos en una posicion que lograse incomodar al partido dominante, es decir, MORENA y que esto indudablemente procurara inquietudes a quien ocupa la silla presidencial y su proyecto de garantiza una sucesión con alguien que garantice la continuidad del proyecto de nación, lamentablemente para dicha coalición no fue así.

El resultado electoral solo deja ahora más preocupaciones a la coalición, en espacial para Acción Nacional que ahora sin alternativa tiene que cargar con los lastres del PRI y sus constantes escándalos de corrupción, pero que aun a pesar de ello, termina abonando de manera somera al proyecto desestabilizados y a un desdibujado PRD que solo busca no perder sus registros locales como partido político, es decir, no abona nada. Al fin al cabo para Acción Nacional es lo que hay para tratar de hacer algo frente al partido hegemónico.

Para Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, quizá no obtuvo victorias, pero si logra mantenerse en las preferencias electorales con sus propios argumentos logrando aumentar su credibilidad. Sin duda la estrategia de no ensuciarse con una alianza que nació en agonía sumada al oficio politico, le podrá permitir aprovechar escenarios rumbo al 2024. Escenario que le podrá permitir situarse cuando menos como la segunda fuerza política de la nación.

Finalmente concluyo, está a la vuelta de la esquina el 2023, la verdadera medición de fuerzas que determinara el rumbo de la sucesión presidencial, sin menospreciar a Coahuila, el perder el Estado de México la coalición “Va por México”, marcara su futuro rumbo al 2024.