Percepción sobre la vejez

Este artículo presenta los resultados de una investigación cuyo objetivo es explorar las percepciones, imágenes y opiniones sobre la vejez entre la población de dieciocho a cincuenta y nueve años en México. Para ello, se revisa la Encuesta Nacional de Envejecimiento realizada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 2015. Los resultados muestran, de manera general, que las imágenes y percepciones del envejecimiento en dicha población se basan en la visión de una etapa de la vida y no de un proceso. De manera particular, la investigación demuestra que dicha etapa es pensada y definida a través de las debilidades físicas y las pérdidas, conjuntadas con opiniones contradictorias sobre el papel de la familia y el Estado en los cuidados especiales que se requieren y el reconocimiento de los derechos de las personas mayores.

Imagen: Archivo

De acuerdo con datos de la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 México contaba con poco más de 8.5 millones de personas de sesenta y cinco años y más (el 7.15% de la población total) (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2015). Las estimaciones mundiales ubican a esta nación como parte de los países en desarrollo que han comenzado un rápido proceso de envejecimiento poblacional, de forma que para el 2050 los mexicanos mayores de sesenta y cinco años habrán rebasado el 20% de la población (Consejo Nacional de Población, 2011). Derivadas de estas dinámicas poblacionales, las principales acciones por parte de los Gobiernos nacionales se han ocupado de las implicaciones en los sistemas de pensiones y atención de la salud, aunque las áreas involucradas deberían ser muchas más.

En cuanto a las condiciones económicas, el Centro Latinoamericano de Población, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), calcula que más del 30% de las personas mayores de sesenta y cinco años en América Latina vive en condiciones de pobreza. Más del 60% de esa población se provee de las ayudas familiares, por lo que sus ingresos propios son muy reducidos; la gran mayoría de las mujeres adultas mayores no cuenta con ingresos de una pensión propia por no haber laborado en su etapa productiva en un empleo formal, lo que coloca a dichas mujeres en una condición aún más desfavorable (Huenchuan, 2006).

En cuanto a las condiciones físicas de dicha población, es indudable que esta etapa de la vida se relaciona con declives del cuerpo muy importantes: según el Censo de Población y Vivienda de 2010 en México, un 20% de los adultos de sesenta a ochenta y cuatro años contaba con alguna limitación física, mientras que este porcentaje aumentaba en edades superiores a los ochenta y cinco años (59%) (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2010).

A pesar de las condiciones de pobreza, únicamente el 32% de las personas mayores en México recibe algún apoyo de los programas de Gobierno como ayuda alimentaria o de salud.

La gran mayoría de ellas son derechohabientes de los sistemas de seguridad social, sobre todo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (43%) (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2015). Además, una parte de las personas mayores vive en sistemas familiares muchas veces discriminatorios y que ejercen diversas formas de maltrato de las que aún se desconoce mucho y que apenas se han comenzado a estudiar (Giraldo, 2006).

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En los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) de 2010, el 30% de las personas mayores señaló haber sufrido violaciones a sus derechos por razones vinculadas a su edad, y el 90% haber sufrido discriminación por la misma razón al solicitar algún empleo (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2010).

Además de la falta de espacios para el empleo, las personas mayores consideran que sus principales problemas como grupo etario son las condiciones de salud y discapacidad, seguidas de los maltratos y acciones discriminatorias en su contra ejercidos por la sociedad en general y el Gobierno (Montes de Oca, 2013, p. 21). Al menos el 58% de ellas atribuye al desconocimiento de sus problemas la falta de ayuda por parte de la sociedad en general, según la ya mencionada enadis de 2010 (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2010).

Todo esto hace que genere sentido preguntar: ¿existen estereotipos y percepciones negativas de la vejez y las personas mayores entre la población que no pertenece a ese grupo de edad, y que influyen en el trato que esta les da?

Algunas pruebas psicológicas que contrastan los estereotipos sobre la vejez en personas mayores y en jóvenes muestran que estas percepciones negativas de los otros influyen ampliamente en lo que las personas mayores piensan de sí mismas, de tal forma que incluso toman decisiones de vida basadas en ellas y pueden sentirse más o menos anclados a sus comunidades y sociedades dependiendo de dichas percepciones (Levy, Ashman, y Dror, 2000; Fernández y Herrero, 2006; Dionigi, 2015).

Dada esta importancia, el objetivo de la investigación es explorar las percepciones y opiniones sobre la vejez y las personas mayores en la población que aún no envejece en México, con la finalidad de evidenciar la ausencia de conocimiento sobre dicha etapa de vida y sobre las personas mayores, así como la visión estereotipada que existe de las mismas. Para ello, se utilizan datos recopilados en la Encuesta Nacional de Envejecimiento (ene) durante 2014 y publicados en 2015.

Se verá que las imágenes sociales de la vejez presentan diversas contradicciones entre estereotipos y visiones flexibles sobre ella y sobre las personas mayores. El estudio del que emana la presente investigación se enmarca en un contexto de vida urbano, lo que plantea grandes diferencias respecto al ámbito rural o semirural, por lo que no se pretende generalizar ni plantear que lo aquí presentado sea representativo de todos los contextos del país, pues de acuerdo con los diferentes componentes culturales, las personas mayores ocupan posiciones sociales distintas que a su vez promueven tratos diferentes hacia ellas.

El artículo presenta, en primer lugar, algunas propuestas teóricas y conceptuales sobre las representaciones y percepciones sociales con la intención de que sirvan de referente para la exploración de las realidades mexicanas en torno a la vejez. En segundo lugar, se muestran algunos estudios previos realizados a nivel nacional e internacional al respecto del fenómeno analizado. En tercer lugar, se presentan las percepciones e imágenes de los jóvenes y adultos sobre la vejez, las personas mayores y las responsabilidades sociales en torno a ellas en México. Finalmente, se ofrecen algunas conclusiones reflexivas alrededor de los estereotipos y representaciones en la población no envejecida y sus implicaciones en las problemáticas vinculadas al proceso de envejecimiento en el país.