Sobre-exfoliación: Cómo evitar este error tan común en tu rutina de skincare

La exfoliación es un tercio del régimen básico de skincare. Eliminar la piel muerta es la clave para conseguir un cutis claro y un tono de piel uniforme. Sin embargo, la sobre-exfoliación puede ser un gran problema. Si quieres lucir lo más guapo posible, tienes que exfoliarte, aunque debes saber que también es un proceso fácil de llevar demasiado lejos y terminar con la piel irritada después de varios días. 

Así que ésa es la cuestión, ¿cuál es el límite de la exfoliación? Pasarse de la raya tiene consecuencias muy graves (y dolorosas): “La sobre exfoliación puede provocar enrojecimiento, irritación, sensibilidad y descamación en la piel”, advierte el Dr. Ryan Turner, dermatólogo certificado. 

Por desgracia, no hay una respuesta única para saber cuánto es demasiado: “La exfoliación no es una medida única. La renovación de la piel y las sensibilidades varían de una persona a otra”. Turner señala que ni siquiera es suficiente saber con qué frecuencia se exfolia una persona, pues los productos difieren mucho en su intensidad. Encontrar el equilibrio —la frecuencia que funciona para ti, con el producto que mejor funciona— es algo que tienes que descubrir por ti mismo. Sin embargo, tal vez podamos orientarte en la dirección correcta, y qué mejor manera de hacerlo que con la ayuda de un experto.

Los dos tipos de exfoliantes

En primer lugar, están los exfoliantes químicos, que pueden disolver suavemente las células muertas de la piel al mismo tiempo que aceleran la renovación celular de la misma. (Esto favorece una rápida renovación de la hiperpigmentación; es decir, manchas oscuras, y reduce la apariencia de los poros abiertos).

En segundo lugar, están los exfoliantes físicos, los cuales eliminan las células muertas y opacas de la piel para que afloren las más sanas y brillantes. De este modo, la piel se mantiene suave y se evita la obstrucción de los poros. Los exfoliantes también son una forma estupenda de eliminar las células muertas de la piel antes del afeitado, para evitar el arrastre de la cuchilla y los vellos encarnados.

Turner prefiere los exfoliantes químicos para sus pacientes: “Los exfoliantes químicos apenas suponen un roce y alteran menos la barrera cutánea que los agresivos exfoliantes físicos”, dice Turner. “Los exfoliantes químicos que contienen alfahidroxiácidos (AHA, como el ácido láctico) o betahidroxiácidos (BHA, como el ácido salicílico), por ejemplo, también son excelentes productos para las pieles con tendencia al acné y la hiperpigmentación”.

No obstante, esto no es una crítica a los exfoliantes físicos. Cualquiera que haya utilizado alguna vez un quitacallos arenoso conoce los beneficios de pulir la piel muerta y antiestética. La sensación de suavidad resultante es increíble. Por supuesto, en el caso de la cara, se trata de una piel mucho más sensible y exigente (es decir, ¿cuándo fue la última vez que tuviste un grano en la planta del pie o te preocupaste por la rapidez con la que se curaba un pequeño corte en el tobillo? ¡Exacto!).

¿Cómo saber que hemos llegado a la sobre-exfoliación?

Dado que las reglas de la sobre-exfoliación varían de una persona a otra, es algo que se identifica al ver la piel. O, como dice Turner, “cuando una persona se exfolia en exceso, la piel puede enrojecerse, volverse sensible y tener una sensación de ardor”.

También es un error bastante fácil de evitar si se aborda la exfoliación con cuidado. En primer lugar, investiga sobre los ingredientes y luego haz una prueba en tu piel: aplica una pequeña cantidad de cualquier exfoliante químico en la parte interior del brazo o en la nuca. Espera un par de días para comprobar si tu piel reacciona mal o no. Comienza con fórmulas químicas de menor grado y aplícalas una o dos veces por semana. No aumentes la frecuencia, el volumen o la potencia sin realizar una prueba previa.

Los mejores productos exfoliantes

El Dr. Turner recomienda encontrar exfoliantes químicos con enfoques más suaves y constantes (aplicados dos o tres veces a la semana para un equilibrio consistente, frente a un reinicio una vez a la semana con un producto más fuerte).

En cuanto a los exfoliantes físicos, dice que hay que encontrar algo con una textura fina. “Evita los ingredientes que causan demasiada fricción”, añade, “recomiendo exfoliantes con una base natural de polvo de arroz o perlas de jojoba. Son eficaces pero menos abrasivos para la piel”.

Foto:Catherine Falls Commercial/ Getty Images.
Por: Adam Hurly

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