Este es el edificio cubierto de espejos más grande del mundo

Su fachada está cubierta por 9.740 metros cuadrados de espejos. En el recinto, situado en el desierto saudí, se celebran conciertos y variadas actividades culturales.

Con una fachada cubierta por 9.740 metros cuadrados de espejos, el Maraya es el edificio cubierto de espejos más grande del mundo. Tal reconocimiento se lo otorgó el Libro Guinness de los Récords en enero de 2020 y aún hoy, tres años más tarde lo ostenta.

El Maraya tiene una fachada cubierta por 9.740 metros cuadrados de espejos. iStock

‘Maraya’, que significa ‘espejo’ en árabe, es un imponente edificio levantado en el desértico valle de Ashar, en Al-Ula, Arabia Saudí. Su diseño, obra del estudio italiano de arquitectos Giò Forma en colaboración con Guardian Glass, uno de los mayores fabricantes de productos de vidrio, busca fundirse con el paisaje que lo rodea, como si fuera un espejismo que surgiera entre la arena, un oasis de cristal en medio del árido desierto, “una maravilla moderna en un lugar de maravillas antiguas”, tal y como se apunta en su dossier.

En determinados momentos del día, se obra la magia y el edificio se vuelve uno con el entorno, dominado por cañones naturales y formaciones rocosas únicas esculpidas por la erosión, que se parecen gigantes de piedra y le dan un ambiente mágico al lugar. Esta técnica de camuflaje arquitectónico, además de resultar impresionante para quien lo mira, ayuda a mantener una temperatura más fresca en el interior, cuando fuera hace el calor abrasador del desierto.

El edificio espejado se encuentra en Al-Ula o AlUla, un lugar de gran belleza junto a Hegra, ciudad que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y la segunda ciudad nabatea más grande después de Petra. AlUla también está cerca de la antigua Dedan, que fue la capital de antiguo reino de Lihyan y que aún hoy conserva casi mil construcciones hechas de adobe dispuestas muy cerca una al lado de la otra y que formaron en su día la ciudad. También se mantiene una biblioteca al aire libre con inscripciones en distintas lenguas.

Como perfecta oda moderna al pasado, Maraya es la pieza central de la creciente escena cultural de AlUla. Tanto es así, que el recinto, diseñado como local polivalente, ha acogido conciertos, actuaciones de danza, conferencias y hasta proyecciones cinematográficas. Alicia Keys, Enrique Iglesias e Hiba Tawaji han sido algunos de los artistas internacionales que han pisado este especial escenario en pleno desierto saudí. El Maraya Concert Hall tiene capacidad para 500 espectadores. En él, la acústica y la tecnología de vanguardia garantizan que cada espectáculo sea una experiencia inolvidable.

El Maraya Concert Hall no es solo un espectáculo visual y acústico, sino también un ejemplo de sostenibilidad. En un entorno tan hostil como el que plantea el desierto, la eficiencia energética es crucial. Para mantenerse fresco en el calor abrasador del día y conservar el calor durante las frías noches del desierto, el edificio utiliza tecnología de vanguardia.

Los paneles solares fotovoltaicos se encuentran estratégicamente ubicados en la azotea para generar energía. También cuenta con sistemas de aislamiento de alta calidad y sistemas de refrigeración eficientes. Además, se recoge y almacena agua de lluvia para su uso en el riego de paisajes circundantes, lo que contribuye a la conservación del agua en una región donde este recurso es escaso.

La zona donde se localiza el Maraya es privilegiada por su gran belleza, pero también porque allí se encuentran algunos de los hoteles más lujosos de la región.

Esta no es, ni de lejos, la única construcción de estilo futurista que se levanta en Arabia Saudí. El príncipe heredero del reino Mohamed bin Salmán está dispuesto a hacer realidad una futura megaciudad llamada The Line (La Línea, en español), que estará formada por dos hileras de rascacielos de acero y cristal de 500 metros de altura. En el espacio entre las dos líneas se situarán los espacios al aire libre y el transporte. La construcción de la megalópolis ya ha comenzado y las proyecciones saudíes apuntan que en 2030, 1,5 millones de personas vivirán en The Line.