FIFA se queda sin FIFA ¿Quién pierde más?

Electronic Arts tendrá que renombrar su emblemático videojuego tras romper con FIFA, pero conserva lo esencial para su éxito: tecnología, comunidad y licencias para usar futbolistas reales. Grandes ligas y clubes corrieron a decir que siguen con EA

Para millones de personas, pensar en FIFA no es pensar en el organismo que gobierna el fútbol, sino en el videojuego de Electronic Arts con ese nombre hace 30 años. Para distinguir las dos cosas había que fijarse en el artículo, “la FIFA” o “el FIFA”, pero esa molestia se acaba. Se ha roto su acuerdo y a partir de 2023 el juego se llamará ‘EA Sports FC’. El simulador de fútbol pierde su nombre, pero ¿quién sale peor parado?

Vaya por delante que soy de los que piensan en el juego cuando escucho las siglas. Jugué la primera versión de niño, en una Mega Drive, y no recuerdo si también en un Mega CD, que sería meritorio, y este otoño espero jugar al FIFA 2023. Por el camino se esfuman 30 años, en otro recordatorio de que los videojuegos ya tienen su propia historia.

El FIFA se ha convertido en un fenómeno. Es una de las diez franquicias más vendidas jamás, junto a marcas universales como Mario, Tetris, Pokémon o Minecraft. En 2021 vendió 30 millones de unidades y su comunidad tiene 150 millones de jugadores. Es el juego estrella de Electronic Arts, que es la sexta distribuidora más grande del mundo, con unos ingresos anuales que rondan los 5.500 millones de dólares —como referencia, ingresa la mitad que Seat (9.200) y la quinta parte que Mercadona (25.000), aunque genera cuatro veces más beneficios que la primera y un poco más que la segunda.

El éxito del FIFA lo apuntala su modo online, Ultimate Team, donde los jugadores compiten entre sí manejando una plantilla con futbolistas reales que van consiguiendo durante la temporada, como si fuesen cromos. Es una comunidad de foros, apps, tutoriales y youtubers famosos. También un negocio. Es un modo pay-to-win (pagar para ganar), porque puedes usar dinero de verdad para comprar polémicos sobres en los que ojalá te salga un Mbappé. Casi un tercio de los ingresos de EA vienen de pagos dentro de los juegos, que es una fuente con potencial de tipo Metaverso.

¿Qué ha pasado ahora? Se ha roto el acuerdo entre EA y la FIFA. Electronic Arts estaba pagando 150 millones anuales por usar las marcas del mundial y las siglas dichosas, pero ahora la FIFA pedía el doble de dinero. Además, no quería ceder en exclusiva ciertos derechos digitales, cada día más valiosos, según The New York Times. En EA han pensado que su nombre no vale tanto —o que siendo una debilidad no poseerlo, ahora se pueden permitir el cambio—, y aunque no puedo juzgar las cantidades económicas, creo que tienen razón.

La clave es que EA no pierde nada esencial. Conservan las tres piezas fundamentales del FIFA: tecnología y conocimiento para hacer el mejor juego posible, una comunidad enorme de jugadores, y lo más delicado, los derechos para incluir futbolistas reales.

Fotos del promocional de EA

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