Steve Jobs y su mejor secreto para tomar decisiones rápidas e inteligentes

Para el fundador de Apple la inteligencia no dependía solo de los conocimientos, sino de la capacidad de combinar y relacionar conceptos

Steve Jobs tenía una idea muy particular de ver la vida y de lo que realmente era la inteligencia. (APPLE)

La comprensión del pensamiento humano y como este se manifiesta es aún un gran misterio en muchos aspectos, sin embargo, Steve Jobs, planteaba una perspectiva singular. Para el fundador de Apple, la inteligencia se determinaba en la capacidad de una persona para relacionar conceptos.

Según Jobs, la inteligencia trascendía los conocimientos individuales para encontrar su esencia en la combinación hábil de ideas.

Una visión que se reflejaba en su creencia de que el talento mental se manifiesta en la capacidad de detectar patrones y relaciones entre elementos aparentemente dispares. Esta destreza, a su vez, permite la toma de decisiones veloces y perspicaces.

La premisa fundamental sostenida por Jobs afirmaba que las personas verdaderamente inteligentes pueden ir más allá de la superficie y vincular puntos en formas que otros no pueden concebir.

El arte de conectar

El secreto de Steve Jobs para tomar decisiones rápidas e inteligentes. (Foto: Facebook)

“Gran parte de esto es memoria. Pero gran parte de esto también es la capacidad de distanciarse, como si te encontraras en un rascacielos y pudieras observar todo desde el piso 80 hacia abajo” aseguraba el visionario detrás de Apple, aclarando que “mientras otros luchan por descifrar cómo llegar del punto A al punto B, interpretando mapas confusos, tú puedes visualizarlo directamente. Puedes verlo todo”.

Esta capacidad no solo involucra el almacenamiento de información en la memoria, sino también su interpretación y su aplicación de manera innovadora. Pero, ¿Cómo se materializa esta habilidad?

Jobs respaldaba su punto de vista con el ejemplo de los maestros del ajedrez. Aunque este juego de mesa podría parecer un ejercicio de memorización de movimientos y posiciones, los maestros del tablero sobresalen no solo por recordar cómo se desplaza cada pieza.

Su maestría radica en algo más profundo: el reconocimiento de patrones y relaciones fundamentales. A primera vista, el tablero es una página en blanco, pero a medida que las piezas se mueven, la visión va más allá de los movimientos individuales. Se aprecia cómo el movimiento de una pieza en una esquina puede desencadenar un efecto en cadena en otra parte del tablero.

Esta capacidad de anticipar cómo las decisiones en un área pueden influir en otras es el núcleo de la inteligencia basada en conexiones.

Y es que para Jobs “la fragmentación es el origen de todo aprendizaje, cuando dominas algo tan completamente que recordarlo, usarlo o aplicarlo es naturalmente sencillo” mientras destacaba que “la formación de patrones neuronales sustenta el desarrollo de la experiencia completa”.

Además consideraba que la inteligencia surge de la experiencia. Por ejemplo, aquellos con una gama amplia de vivencias tienen más probabilidad de forjar conexiones inesperadas.

Como es el caso de un médico con años de experiencia puede identificar patrones en los síntomas de un paciente que un médico novato no podría advertir. Esta perspicacia agiliza el diagnóstico en un lapso menor.

La acción de pedir que recomendaba Jobs

Pedir, el poderoso hábito que hizo triunfar a Steve Jobs. (Shutterstock)

En una entrevista de 1994, Jobs reveló un hábito que podría considerarse la piedra angular de su trayectoria: la audacia de pedir. Podrá parecer algo sin sentido, pero es algo que le funcionó muy bien y lo llevó hasta lo más alto, no pierdes nada con intentarlo.

A los 12 años, llamó a Bill Hewlett, cofundador de Hewlett-Packard, para solicitar piezas de repuesto para un contador de frecuencias. Para su sorpresa, no solo obtuvo las piezas, sino también un empleo de verano en HP.

Este acto de valentía le enseñó una lección invaluable: si quieres algo, tienes que estar dispuesto a pedirlo.

“La mayoría de la gente nunca coge el teléfono y llama. La mayoría de la gente nunca pregunta, y eso es lo que separa a la gente que hace cosas de la gente que solo sueña con ellas”, aseguró Jobs.