Tigray «Heridas de una guerra que no termina»
Las hostilidades militares entre las fuerzas gubernamentales etíopes y las fuerzas de Tigray se reanudaron tras un alto el fuego de varios meses, con un intercambio de culpas entre ambas partes.
El gobierno etíope confirmó los enfrentamientos entre sus fuerzas y los combatientes de Tigray, en un comunicado de la página de Facebook del Servicio de Comunicaciones del Gobierno este miércoles. El gobierno acusó a las fuerzas tigrayanas de lanzar un ataque a las 5 de la mañana, hora local, del miércoles y de «violar el alto el fuego».
La declaración del gobierno se produjo después de que el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), que actualmente controla la región del norte de Tigray, afirmara que las fuerzas gubernamentales, ayudadas por las fuerzas especiales de Amhara y las milicias irregulares de Amhara, lanzaron una «amplia ofensiva» a primera hora de la mañana en su frente sur, en un comunicado tuiteado por la Oficina de Asuntos Exteriores de Tigray este miércoles por la mañana. El TPLF también alegó que el gobierno y sus aliados habían estado posicionando tropas alrededor de la frontera sur desde hacía cinco días.
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Los combates activos entre las dos fuerzas habían disminuido desde marzo, después de que el gobierno declarara una tregua humanitaria y ambos acordaran observar un alto el fuego. Se teme que la reanudación de las hostilidades haga retroceder los avances en las conversaciones de paz entre el gobierno del primer ministro Abiy Ahmed y los dirigentes del TPLF.
Ambos habían mostrado un posible interés en las conversaciones en junio, lo que llevó a Abiy a crear un comité para negociar las conversaciones de paz. Pero en las últimas semanas los dos han hecho declaraciones discrepantes: el TPLF ha expresado su gran preocupación por la supervisión de la mediación de la Unión Africana (UA) y ha exigido que el gobierno restablezca primero los servicios (como la banca y las comunicaciones) en Tigray. El gobierno federal, sin embargo, insiste en que no hay condiciones previas para las conversaciones, que deben ser dirigidas por la UA.
Ambas partes están enfrentadas desde que estalló la guerra en Tigray en noviembre de 2020 y desde entonces se ha extendido a las vecinas Amhara y Afar. El conflicto ha causado miles de muertos y ha establecido un récord mundial de desplazamientos en 2021.
La reanudación de los combates hace temer que se agrave una crisis humanitaria ya de por sí grave, ya que más del 90% de la región necesita ayuda desesperadamente, según las Naciones Unidas. La ayuda humanitaria comenzó a entrar en Tigray a principios de este año tras un largo periodo de interrupción. Pero sin suficiente combustible en la región para distribuir los suministros, la ayuda no ha sido eficaz para frenar la crisis, ya que la tasa de desnutrición en la región «se disparó», según el último informe del Programa Mundial de Alimentos.
«El gobierno se mantiene firme en que la paz es siempre la mejor solución», decía el comunicado del gobierno. Sin embargo, subrayó que «tomará todas las medidas necesarias para proteger el país», y añadió que «el gobierno y las fuerzas de seguridad están movilizando todos sus recursos y capacidades.»
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