Un estudio reciente probado durante mas de 10 años y en distintos países pareció mostrar una mejora significativa en los casos de este cáncer.
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Los médicos celebran un nuevo tratamiento para el cáncer de cuello uterino que reduce el riesgo de muerte en un 40%, siendo el mayor avance en los últimos 25 años, según el diario británico The Guardian. Este cáncer es el cuarto más común entre las mujeres a nivel mundial, con aproximadamente 660,000 nuevos casos y 350,000 muertes cada año, según la OMS.
El tratamiento, que se probó en pacientes de varios países durante 10 años, incluye un breve ciclo de quimioterapia antes de la quimio-radioterapia, el tratamiento estándar que combina quimioterapia y radioterapia. La investigación liderada por la University College de Londres mostró que este régimen reduce el riesgo de muerte en un 40% y disminuye la recurrencia del cáncer en un 35% en al menos cinco años. Los hallazgos se publicaron en la revista The Lancet.
Mary McCormack, investigadora principal del ensayo, señaló que este avance es el mayor progreso en la supervivencia desde la adopción de la quimio-radioterapia en 1999. Abbie Halls, una paciente que recibió el tratamiento, ha estado libre de cáncer durante más de nueve años y expresó su gratitud por haber contribuido al avance de esta investigación.
El tratamiento ya está siendo adoptado por algunos centros oncológicos y los investigadores esperan que se implemente a nivel internacional. Destacan que el uso de quimioterapia de inducción antes de otros tratamientos podría mejorar significativamente las tasas de éxito en los pacientes.
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Además del tratamiento, se enfatiza la importancia de la prevención. La Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) en Argentina aprobó la implementación de una dosis única de la vacuna tetravalente o nonavalente contra el virus del papiloma humano (VPH) para niños y niñas de 11 a 20 años. La vacuna es gratuita y obligatoria. Las personas entre 21 y 26 años recibirán dos dosis, y las personas con inmunocompromiso hasta los 26 años recibirán tres dosis.
En términos de prevención secundaria, se recomienda la realización de un Papanicolau (PAP) a partir de los 25 años. Si el PAP es negativo durante dos años consecutivos, la prueba se repite cada tres años. En las jurisdicciones que ya utilizan el test de VPH como tamizaje primario, se recomienda hacerlo a partir de los 30 años, con una frecuencia de cinco años si el resultado es negativo.
Estas iniciativas buscan no solo tratar el cáncer de cuello uterino, sino también prevenir su aparición mediante la vacunación y el tamizaje adecuado, subrayando la importancia de la detección temprana y la protección contra el VPH.